Santiago College Alumni Association
HISTORIA
1880
1881
1887
1890
1920
1925
1930
1933
1972
1980
1990
2014
La Fundación
El Santiago College fue fundado el 1° de octubre de 1880 con el apoyo y supervisión del Board of Foreing Missions of the Methodist Episcopal Church. Tal como dice la constitución del colegio, "el propósito es ofrecer a las niñas y mujeres de Chile una educación cristiana, pero sin sectarismo, y alcanzando los más altos ideales de la educación".
Primera infancia: un periodo difícil
Los primeros años fueron tiempos muy difíciles, de grandes esfuerzos y sacrificios. En primer lugar, los profesores escaseaban, por lo que la carga de trabajo para los que había era muchas veces excesiva. Además, mantener el edificio de la calle Vergara era muy costoso y tampoco poseía las comodidades necesarias para instalar el tan anhelado internado. Por otro lado, la tolerancia religiosa que propiciaba el colegio era considerada como una amenaza por las familias tradicionales chilenas, ya que que iba en contra de las costumbres de esa época. No obstante, todos estos obstáculos hicieron que los fundadores del Santiago College tomaran con fuerza el nuevo desafío, lo que pudo verse reflejado en marzo de 1882 con el considerable aumento del número de alumnas. Esto hizo necesario trasladarse a un edificio más grande ubicado en el número 219 de la Alameda de las Delicias.
Edificio propio
En 1886, el Transit and Building Fund Society (Sociedad de Fondos para Viajes y Construcciones), que había formado el obispo William Taylor para el pago de transporte de profesores y misioneros, y que estaba a cargo de la dirección del colegio, adquirió un terreno por 35 mil pesos para construir un nuevo edificio.
El edificio, que albergaría al SC por 45 años, se inauguró al comenzar el año escolar en 1887 y, según documentos de la época, era el mejor establecimiento para mujeres en cuanto a modernidad, espacio y equipamiento.
Además de lujosas instalaciones para los dormitorios del internado, el nuevo edificio tenía un enorme comedor, salas de clases amplias e iluminadas y dependencias especiales para música y pintura
Siete años después de su fundación, el colegio contaba con 184 alumnos, en comparación con los siete de sus inicios. Entre ellas se encontraban las hijas del ex presidente Aníbal Pinto, los hijos del ex presidente Manuel Balmaceda, así como también, los hijos del capitán Arturo Prat y cuatro nietos del ex presidente Domingo Santa María.
La consolidación del colegio para señoritas fue provocando una muerta paulatina del colegio de hombres, el cual fue cerrado por completo en 1884 por el matrimonio La Fetra.
Alumnae
El objetivo en el año 1890 al crearse Alumnae (solo mujeres, 309 alumnas inscritas) hoy Alumni, fue “cultivar entre las alumnas graduadas los sentimientos de amistad y mutuo afecto; cooperar al adelanto de la educación superior de la mujer chilena, fomentar y mantener siempre latentes los sentimientos del amor al estudio, a la cultura intelectual y moral a trabajar por el ennoblecimiento de la mujer cristiana en su consecución del bienestar de su Alma Mater y perpetuar la amistad formada durante la celebración de los días del Colegio.
Miss Swaney y la Transición
Desde la partida de Mr. Y Mrs. La Fetra aires de nostalgia corrían por los pasillos. El colegio había perdido el impulso de sus primeras décadas junto con el carisma que le imprimieron sus fundadores durante los años que permanecieron en Chile.
La dirección del establecimiento cambió varias veces de manos, lo que en muchas ocasiones no fue beneficioso para el SC.
Desde 1915 hasta los primeros años de la década del 20, el colegio sufrió muchos cambios no exentos de conflictos y dificultades. Si bien esto no se reflejaba en la cantidad de matrículas, que iban en aumento, el prestigio que el SC alcanzó en tiempos de los La Fetra se desvanecía lentamente. Fue en ese momento cuando llegó a Chile quien sería una de las protagonistas en la historia del Santiago College.
Mary Firebaugh Swaney había quedado viuda luego de que su esposo muriera fulminado por un rayo. Con 28 años y devastada por la tristeza esta profesora, titulada en Wesleyan College se embarcó a Sudamérica para rehacer su vida.
En un día frío de julio del año 1920, Mrs. Mary F. Swaney llegó a Chile. Han pasado 20 años y todavía puedo ver su encantadora sonrisa cuando nos saludaba a todas y hablaba de nuestra linda ciudad y de nuestras hermosas montañas, en vez de quejarse de la humedad y del frío. Y así ha sido desde entonces, siempre buscando lo mejor de las cosas y de la gente, ayudando a todos a dar lo mejor de sí mismos, describió una de sus alumnas en el College Mirror, el diario estudiantil que tenía el colegio en esa época.
La colonia norteamericana residente en Santiago estaba orgullosa de ella y las ex alumnas se sintieron motivadas a volver a su Alma Mater después de permanecer mucho tiempo alejadas.
Mrs. Swaney fue considerada como la directora de transición, porque de su mano el SC dio el paso más grande de su historia: se trasladó a un nuevo y moderno edificio ubicado en la calle Lota con avenida Los Leones.
Elisa Parada de Miguel
Elisa Parada de Miguel, miembro de la promoción de alumnas de 1893, fue la principal benefactora del nuevo establecimiento ubicado en la calle Los Leones.
Como regalo de matrimonio, su esposo, el filántropo norteamericano Moses Miguel, le ofreció patrocinar un proyecto en Chile. Ella viajó desde Nueva York a su país natal y escogió darle nuevos aires a su querido Santiago College.
El colegio debía mudarse hacia el sector oriente de la ciudad, donde estaban ubicados los nuevos barrios residenciales. Además, los edificios y el equipamiento de Agustinas ya no satisfacían las necesidades de una educación de vanguardia a la altura de los estándares norteamericanos. “Mr. Miguel está de acuerdo. Tendremos el mejor colegio de Sudamérica. Deberá ser el ejemplo de la mejor educación ofrecida en Norteamérica envío desde ya 20 mil dólares como demostración de mi compromiso con el proyecto, escribió entusiasmada en su regreso a los Estados unidos.
Según los planes, el colegio tendría salas de clases para 500 alumnas y un internado para 150 niñas, biblioteca, salas de música, laboratorios modernos de física y química, un departamento completo para economía doméstica, gimnasio, jardines espaciosos y facilidades para la práctica de deportes al aire libre.
Gracias a la donación de Elisa Parada actualmente los exalumnos del Santiago College son en parte herederos de esta institución. El estatuto señala: Terminada la Fundación por cualquier motivo- sus bienes pasarán a la corporación denominada Santiago College Alumni Association, la cual, de común acuerdo con el Board of Trustees of Santiago College, le dará una finalidad semejante a la de la Fundación.
El Cincuentenario y la Construcción
El 1 de octubre de 1930 el colegio cumplió sus Bodas de Oro. La fiesta del cincuentenario comenzó con una ceremonia donde la directora, Mrs. Swaney, presentó oficialmente la bandera del Santiago College donada por Elisa Parada de Miguel.
Era de color celeste y en el centro tenía el símbolo de la educación: una mujer sentada en un trono, coronada con laureles y rodeada de libros. Alrededor de ella se bordó el lema: “La Educación Ennoblece
Desde ese día la bandera ha estado siempre presente en todas las ceremonias del colegio, convirtiéndose en un emblema para todos los ex alumnos y futuras generaciones.
La celebración duró tres días y la ceremonia más importante se realizó el 3 de octubre en el terreno de Providencia, donde se puso la primera piedra del nuevo colegio en la calle Lota. Al evento asistieron el Presidente de la época, Carlos Ibáñez del Campo; el ministro de Educación, general Bartolomé Blanche; los embajadores de Estados Unidos y Gran Bretaña y otros diplomáticos.
La construcción del imponente edificio del Santiago College fue complicada y estuvo llena de dificultades que arrastraron por más de un año y medio. Se contrató a la oficina de arquitectos de Josué Smith Solar y su hijo José Tomás Smith Miller, quienes formaban la dupla más prestigiosa de ese entonces y poseían la mayor experiencia en construcción de establecimientos educacionales. Se escogió el estilo arquitectónico colonial español del siglo XVI, con algunas modificaciones como ventanas más grandes y otros agregados modernos.
El Rectorado de Elizabeth Mason
“Qué Dios las bendiga a cada una de ustedes y, como siempre, guarde al colegio en su amor”. Con esta frase Miss Elizabeth Caton Mason finalizaba cada una de las ceremonias que presidía.
Dirigió el colegio durante 27 años y supo inspirar a las jóvenes a preservar en los valores que han guiado la institución desde su fundación.
Elizabeth C. Mason se formó como educadora y profesional en Estados Unidos y en Europa. Se tituló en la A. B. Goucher College para señoritas en Maryland, también había cursado estudios en el Teachers College de Columbia University en Nueva York, obteniendo el diploma de Masters of Arts. En esta última universidad se especializó también en “educación moderna para la juventudâ€, convirtiéndose en una verdadera autoridad en la materia.
El colegio Mixto
El Santiago College abrió sus puertas a los hombres en marzo de 1972 y se inició así un nuevo periodo en la historia del colegio. Los primeros alumnos ingresaron ese año desde prekinder a cuarto básico y la primera promoción mixta se graduó al cumplir el colegio 100 años de existencia en 1980.
Es importante recordar que en 1881, los fundadores abrieron una sección para hombres en un edificio contiguo. Pero ésta funcionaba en forma independiente del colegio para niñas y cerró años después a raíz de las diferencias que se produjeron entre Ira La Fetra y Fletcher Humphrey, director del colegio masculino.
El colegio mixto trajo una serie de repercusiones y en un comienzo fue difícil adecuar los espacios y la mentalidad de todos los involucrados. Los profesores que estaban acostumbrados a educar solo a mujeres solían referirse al grupo en femenino y debían corregirse rápidamente. Asimismo, se siguió hablando de las “ex alumnas” durante un tiempo, aún después de la incorporación de varios ex alumnos al Alumni. Pero, en definitiva, el cambio fue positivo.
En una entrevista publicada en el Alumni News en 1984, Rebeca Donoso, directora del SC ese entonces, opinó acerca de la incorporación de los hombres: “Se supone que vivimos en una sociedad mixta en la que coexisten hombres y mujeres en forma natural. El colegio mixto educa mejor a los niños para el futuro, enseñándoles hábitos de convivencia que les servirán toda la vida”, señaló.
El centenario y el terreno en Los Trapenses
El centenario del SC fue recibido con alegría y emoción por la comunidad, no solo por la cantidad de años que cumplía la institución, sino porque coincidía con que la dirección del colegio estaba en manos de una ex alumna, Rebeca Donoso Palacios, clase de 1959, formada bajo las enseñanzas de las directora Miss Elizabeth Mason.
A comienzos de esta década el edificio de Los Leones comenzaba a verse limitado para la cantidad de alumnos y no tenía más espacio para donde crecer. Además, por el hecho de ser mixto, necesitaba un espacio más amplio para la práctica de los distintos deportes. Ante esta realidad se inició una búsqueda por un terreno más adecuado.
El 29 de octubre de 1985 se firmó una promesa de compraventa entre los monjes Trapenses y la Fundación Educacional Santiago College, por un terreno ubicado en la continuación de Lo Curro. El sitio era tres veces más grande que el tamaño del de Los Leones y fue adquirido con el compromiso de que en un plazo de 20 años se construirían allí canchas para deportes y salas de clases.
Campus Los Trapenses para Deportes
Se comienza a utilizar el campus Los Trapenses para clases de deportes, entrenamientos y partidos. Los alumnos son trasladados en buses desde el campus Los Leones.
El Santiago College del siglo XXI
Con el inicio del siglo XXI comienza un periodo de trascendentales cambios en el SC y quien tendrá un rol protagónico en esta nueva etapa es la directora designada por el Consejo Superior en noviembre de 2004, la ex alumna Lorna Prado Scott, hija de la recordada profesora Lorna Scott.
“Loly” como la llaman sus cercanos, se tituló de Profesora de Enseñanza Básica con mención en Inglés y Educación Física de la Universidad de Chile. En 1979 obtuvo una beca en Educación y Deporte y partió rumbo a Alemania donde vivió por un año. Además, tiene un Magíster en Administración y Gestión Educacional y en 1999 fue acreditada por la International Baccalaureate Organization (IBO) como instructora del Primary Years Program (PYP) para dictar talleres en Norteamérica y Latinoamérica en el ámbito de la educación.