Paulina Yazigi – Class 1995

Paulina Yazigi – Class 1995

Paulina Yazigi fue nombrada directora de la Bolsa Electrónica, convirtiéndose en la primera mujer que ocupa esa posición en los 30 años de historia de la firma.

La escena la tiene grabada nítidamente en su memoria. Paulina Yazigi (43) recién cumplía 8 años cuando la fuerza con la que una política destacada de la época hablaba por televisión, la removió. “Yo quiero ser como ella cuando grande”, le aseguró la economista de la UC a la niñera que entonces la cuidaba. “Me imaginaba en un futuro hablando en público, sobre un tema importante y que yo manejara muy bien. Quería ser una mujer power”, reflexiona 35 años después.

Su liderazgo fue muy marcado desde que era alumna en el Santiago College. Pero con un matiz, dice ella medio en broma. “Fui siempre la segunda en todo. Nunca la primera. Era la que salía segunda en el centro de alumnas, la segunda en atletismo”, ríe.

Este año, esa tradición se rompió.

Yazigi, destacada profesional de la industria financiera –actualmente gerenta de inversiones del family office Nogaleda, de la familia Noguera–, partió su carrera temprano, en Estados Unidos, y su último nombramiento fue portada de todos los diarios locales: a fines de abril la Bolsa Electrónica de Chile (BEC) la designó como nueva directora, convirtiéndose en la primera mujer en los 32 años de historia de la firma en integrar su mesa. “Ella no llega acá por un cupo femenino, lo hace por sus capacidades, su destacada trayectoria y su energía”, aclara el gerente general, Juan Carlos Spencer.

Manhattan

Es la tercera de tres hijas de una pareja de médicos, y el ejemplo de sus abuelas la marcó desde siempre. “Victoria García, por el lado paterno, fue doctora y estudió en Stanford en los años ‘50, lo que fue muy revolucionario. Fue nombrada “Mujer de las Américas”, por su aporte a la Salud Pública”.

Ni ella ni nadie nunca entendió muy bien por qué quería ser economista. “En los años ‘80 iba a tomar helado con mi familia, y me llamaba la atención que subían y subían de precio. Y quería entenderlo”, rememora. Entró a Ingeniería Comercial en la UC –donde conoció a Felipe Kast y Nicolás Noguera, entre otros– y al egresar, en 2001, trabajó como analista macroeconómica del departamento de estudios del BBVA, donde tuvo como jefe al ex superintendente de la AFP y de la SVS, Guillermo Larraín. En 2005 partió a Nueva York, y fue fichada por Compass Group. Fue analista de inversiones y co-portfolio manager, y fue ahí donde aprendió del sector financiero.

“Era pura teoría, no sabía cómo funcionaba el mercado, pero era buena y desde entonces con mucha personalidad”, recuerda un ex compañero de trabajo. Su jefe, el argentino Federico Carballo, era catalogado como “un genio” de la industria, y fue su primer mentor en ese mundo.

“Hasta entonces me había dedicado a ver temas macroeconómicos. Las tasas de interés las veía desde la macro, no sabía cómo se invertía”, añade la profesional. Pese a lo motivada que estaba en ese lugar, al año fue “tentada” por LAN –la cautivaron las facilidades de viaje que ofrece la empresa, entre otros beneficios–, accedió a ese puesto y se fue de Compass. “Me arrepentí de haberme ido”, confiesa.

En la empresa de los Cueto se desempeñó en el área de ventas y a los siete meses volvió a cambiar de rumbo. “Me acuerdo de haber llegado el primer día y tener la sensación de querer salir corriendo. Yo era economista de anatomía pura. ‘No sirvo para esto’, pensé. Me sentía como chancho en misa”, recuerda Yazigi. Y así volvió a su primer empleo: BBVA, pero esta vez en Manhattan, y se desempeñó como business manager de Latinoamérica.

“Tuve un lujo de jefa, la española Paloma Tejada. Ese trabajo es lo mejor que me ha pasado”, señala. “En realidad, todos mis trabajos me han encantado”.

Las zapatillas devueltas

En 2008, cuando tenía 30 años, tuvo a su primera hija (hoy son tres; de 13, 9 y 7): decidió hacer una pausa en su carrera y aprovechó ese tiempo para seguir estudiando algo que hacía tiempo quería profundizar: Economía Matemática, y lo hizo en la NYU. “No quise un MBA, quise ir al callo de las finanzas. Trabajando en el BBVA me di cuenta que faltaba tanto por avanzar en los mercados financieros en Chile, y me propuse ‘quiero yo aprender y llevarlo yo al país´”, asegura. A mediados del 2009 viajó de vacaciones a Chile y su amigo Nicolás Noguera (histórico ejecutivo del family office de Sebastián Piñera) la recomendó para un trabajo en IM Trust.

“Nunca olvidaré ese mail: me dejó con la vara muy alta, porque me describió como alguien entre Sor Teresa y Einstein”, ríe. En la empresa les gustó su CV, pero debía regresar a terminar el máster. Quedaron de hablar a la vuelta.

“Y ahí volví sola a NY”, recuerda. Su entonces marido debía quedarse en Chile, entonces optaron por una fórmula: 10 días allá y 4 acá para reencontrarse con su hija de 2 años. “Fue muy sacrificado”, reconoce. “Me acuerdo que el primer día fui a comprar unas zapatillas para trotar en el Central Park. Y al partir el trote, me topé con puras mamás con coches y me puse a llorar a mares”, recuerda. Para borrar la escena de su vida, partió a la tienda a devolver las zapatillas.

No me las aceptaron, porque estaban usadas, así es que tuve que regalarlas. No las quería ver”, señala. Con todo, hoy cree que esos 6 meses tuvieron mucho de agraz, pero también de dulce. “Ese máster me hizo aprender aspectos de la Economía y mercados que podían ser muy aplicables en la industria chilena. Y de otra forma, no lo hubiese podido tener”.

La maternidad, relata ella, cambió totalmente su manera de ver la profesión. “Me transformó. Me convirtió en una persona empática, y desde entonces trato de ponerme en el lugar de quienes trabajan conmigo y de alguna manera, cuidarlos. Antes era una persona muy distinta”, reflexiona. Ese rasgo, dice Guillermo Tagle, quien fue su jefe en Im Trust, marcó sus siete años en la empresa.

Pasta de formación

En enero de 2010 Paulina Yazigi asumió como gerenta de inversiones de Im Trust. “Fueron muy generosos porque me esperaron 6 meses”, advierte. Ahí armó el área Renta Fija y Economía, y en todas las otras secciones que dirigió –Inversiones, Research, Estrategia y Portfolio Solutions–, le tocó traer equipos nuevos. Según cuenta Tagle, socio de la firma, “de la gente que sabe de finanzas, ella es de las que más sabe, es muy capaz, muy empática. Tiene una pasta de formación muy potente. Los jóvenes la apreciaban mucho”. Ahí tuvo como jefe a Matías Braun, Cristián Letelier y, entre los “talentos” que ella formó, varios destacan a Andrés Osorio, actual gerente de análisis microeconómico de Econsult.

“Su trato siempre fue muy horizontal. Y los informes se escribían a dos manos, lo que para un recién egresado era una tremenda oportunidad pues expande mucho el conocimiento: te reconoce la autoría frente a los clientes y da la oportunidad de aparecer en la prensa, te abre una ventana”, indica Osorio, y agrega: “La Paulina sabe combinar la economía con los mercados. Tiene una visión muy integral de los mercados financieros, lo cual es un gran mérito pues es muy difícil hacer un modelo completo que junte eventos económicos, Banco Central, sector fiscal y los instrumentos financieros de las empresas”.

Macarena Pérez, actual socia de Econsult, y quien coincidió con ella en Im Trust, tiene una visión similar: “es una muy buena líder, se rodea de buenos profesionales y por lo mismo mantiene equipos afiatados, bien leales de trabajo y de alto desempeño”. En cuanto a sus habilidades, destaca que “sabe mucho de inversiones, de asset allocation, es muy buena estructurando portafolios, y es muy humilde cuando tiene dudas: no teme ir a pares de la industria para armar portafolios complementarios y pedir que le expliquen alguna materia en la que necesite apoyo. Eso, en un mundo con tantos egos, es muy destacable”.

Y añade: “Su llegada a la Bolsa, se la ganó por sus capacidades técnicas y conocimiento de la industria”. En 2012 Yazigi y Pérez fueron nombradas socias de Im Trust. Hasta ahora, las únicas mujeres de la empresa que reciben ese reconocimiento. En 2017, Paulina Yazigi decidió hacer un cambio de carrera. “Fue bien terrible para Im Trust. Una gran pérdida. Cuesta encontrar un talento como el de ella. Sabe mucho de renta fija, mercados emergentes. Es su especialidad. Es como un talento poco frecuente”, reconoce Tagle.

Lo privado y lo público

En 2017 Ignacio Noguera, gerente general del family office Nogaleda, de la familia Noguera –su principal activo es Lipigas–, la contactó para sumarse al equipo: le ofreció la gerencia de inversiones.

Antes de la pandemia, Yazigi por su trabajo viajaba todos los lunes a Viña, ciudad de donde provienen los Noguera y donde está su casa matriz. En total, el equipo lo componen 2 hombres y 4 mujeres y pese a que no puede detallar dónde pone las fichas del grupo, cuenta que sigue mirando los mercados emergentes y analizando con detención qué pasa con todo el venture capital. “Es una cartera muy amplia y flexible”, dice.

En 2018 la familia Claro la invitó a ser directora de la Fundación Niños Primero, participación que a ella la tiene muy motivada por el tema en que se enfoca la corporación. Y en 2019 Guillermo Tagle le propuso sumarse al directorio de Redbanc. “Me acuerdo que me dijo que era algo tranquilito. Al día siguiente que acepté hubo un intento de ciberataque”, señala. Y ahora, a principios de 2021, fue de nuevo Tagle quien la sondeó para sumarse a la Bolsa Electrónica. “Al principio me negué. No tengo más tiempo y la BEC requiere dedicación”, recuerda.

Sin embargo, el llamado de Fernando Cañas, presidente de la entidad, la convenció. “No le pude decir que no”, reconoce. El nombramiento la pilló por sorpresa y la tiene muy entusiasmada. “Tenemos mucho desafío: requiere innovación, crecimiento digital y tecnología”, resume.

Junto a ello, se ha convertido en una mentora para mujeres ejecutivas: participa en WoomUp (plataforma que promueve este liderazgo), donde suele recordar un episodio que la marcó sus primeros años en la industria. “Tenía 32 años y llegué a un directorio en el que había 12 hombres. Uno de ellos al vernos a mi y a mi compañera, nos dice: ‘Qué estupendas las chiquillas, traigan el caño para que bailen’. Nos quedamos congeladas y no pudimos responder. Eso, hoy nadie lo aguanta”, asegura Yazigi.

Desde lo público, también han estado atentos a sus pasos. En 2017, cuando el equipo de Sebastián Piñera armaba su plan de gobierno, Paulina Yazigi fue carta para diferentes puestos. Felipe Larraín le propuso ser coordinadora de mercado de capitales, y aunque le hubiera encantado tomarlo, la dedicación que exigía era incompatible con su vida personal. Y, la tantearon desde Evópoli -es muy cercana a Felipe Kast- para ofrecer su nombre para la Subsecretaría de Economía. También declinó.

De todas formas, su inquietud pública ha ido creciendo fuertemente por los años. Según ella cuenta, una de los principales herencias de Im Trust, fue su alta exposición. “‘Tú eres la voz de este tema, sale a hablar’, me solían decir. Y así me potenciaron mucho”, reconoce Yazigi. Y le vino la inquietud por escribir columnas: como buena matemática, contó el número de mujeres que escribían en los diarios y le dijo a un editor de El Mercurio: “Creo que te faltan desde esta vereda. Y me aceptaron”. Por su cercanía con Horizontal -centro de estudios ligado a Evópoli en el que ella participa desde 2018-, llegó a escribir a La Tercera.

“En el primero son opiniones más desde el emprendimiento, en el segundo, de políticas “públicas”, explica. Pero ambos, con un sello que la caracteriza y que ya es reconocido en el mundo financiero: el método didáctico, la anécdota, la metáfora. De Horizontal cuentan que cuando le piden moderar un seminario, se enreda poco. A diferencia de otros, no pide reuniones previas ni largas minutas con los temas desarrollados y las preguntas armadas. Con un audio explicativo, se prepara y se desenvuelve bien.

Por esta cercanía con Horizontal, en marzo se sumó al equipo de Ignacio Briones. “No milito en el partido. Pero me identifico con Evópoli: en el concepto neoliberal, pero con enfoque social”. En el grupo de economistas que está asesorando a Briones cuentan que ella tiene un sello distintivo por estar en el mercado financiero: “Todos miran los datos anuales, ella mira los datos diarios”.

Todo esto lo combina con otra de sus grandes pasiones: la meditación. Casi de forma religiosa, apenas se despierta, dedica los primeros minutos del día a este ejercicio de introspección, ritual que según dice “ha cambiado mi vida”.

El humor y los animales

El verano de 2020 será imborrable para Paulina Yazigi. En febrero de ese año organizó un viaje a Disney junto a sus 3 hijos, su futuro marido y los 4 hijos de éste. Quería darle un toque especial: ella recordaba con emoción un crucero al que la invitaron sus padres cuando era una adolescente. Y buscó revivir la experiencia con sus niños. Una vez en altamar, los pasajeros notaron que el capitán demoraba más de la cuenta en dar la bajada en el puerto de Jamaica.

“No entendíamos qué pasaba. Empezamos a ver las redes sociales y nos enteramos de que una persona que iba dentro del barco estaba enferma. Recién partía el Covid-19 y en Kingston no habían tests para comprobar el virus, así es que tuvimos que irnos”, relata la economista de la UC.

Estuvieron navegando de domingo a jueves sin rumbo esperando a que algún país accediera a recibirlos, mientras en algunos compañeros de viaje crecía el temor y desesperación (que en un caso llegó a los combos). Pero ella tomó una decisión: “No desesperarnos. Estábamos los nueve juntos, en un hotel 5 estrellas y optamos por pasarlo bien”. Finalmente México les dio luz verde, el pasajero del barco solo tenía una gripe y pudieron todos volver sanos a Chile.

Paulina Yazigi, conocida también por ser amante de los animales -tienes dos gatos y un perro, pero si pudiera suele repetir que tendría avestruces-, dice que lo del humor, para ella es clave. “He tratado siempre de llevar humor en la vida. Si no lo pasas bien, estás frito. Estamos muy graves. Y no hay que tener miedo a reír. Reconozco que me sale fácil tener humor en pandemia porque mi situación es muy privilegiada, pero independiente de eso, trato de siempre mirar para adelante, tirar humor y amor”, concluye.

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