Seleccionada de hockey trabaja como voluntaria en UCI del Hospital Barros Luco.
Francisca Tala es delantera de la selección chilena de hockey césped, pero su presente está lejos de las canchas. Aunque no deja de entrenar diariamente en casa, la joven también estudia medicina en la Universidad de Chile y este martes empezó a trabajar como interna voluntaria en la UCI 2 del Hospital Barros Luco (producto de la emergencia sanitaria, el hospital ahora tiene 5 Unidades de Cuidados Intensivos).
Francisca va en sexto año de la carrera y este semestre debía iniciar su internado o práctica profesional. La pandemia modificó los planes, aunque no del todo. “Como no se pudo empezar el internado por el Covid-1 9, lo estamos haciendo online. Y eso me permite estar en el hospital. Desde el principio quise ayudar, pero sabía que íbamos a estorbar por no tener experiencia, hasta que nos llegó un mensaje de que se necesitaban voluntarios”, cuenta la deportista que en teoría estará por dos meses, aunque también le ofrecieron ir al Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
Francisca empezó este martes su trabajo en el hospital e irá de lunes a viernes, de 8 a 17 horas. No tiene tareas fijas, pero está siempre disponible. “Ahí estamos, dando una mano en lo que necesiten los médicos, enfermeras y Tens (Técnicos en enfermería), desde ayudar con órdenes de exámenes a movilizar pacientes en ventilación mecánica. Lo más difícil no son las tareas, sino que ver a tantos pacientes con ventilación mecánica”, detalla la hockista, plata en los Odesur 2014 y bronce en 201 8, que está de voluntaria con otros nueve compañeros.
-¿Y qué hizo hoy?
-Nuestra pega este jueves fue controlar los signos vitales de todos los pacientes e ir anotando cada una hora el registro, desde las 8 de la mañana. Se ve la presión arterial, la frecuencia cardiaca, las respiraciones, cómo está el pulso, la temperatura, si hay fiebre. Si se detecta algo extraño llamamos a un médico superior y que él revise mejor al paciente. En general, hay siete Tens en la UCI, pero hoy eran cuatro, sumado al apoyo mío y de una compañera. Entre los seis atendimos 20 personas. También ayudamos a movilizar a los pacientes porque están sedados y cada cuatro horas se tienen que cambiar de posición, entonces ahí los movemos entre varios, con los tens y enfermeras.
-¿Cómo mueven a los pacientes críticos?
-Los pacientes están de guatita, se está ocupando mucho la pronación. No están cien por ciento en esa posición boca abajo, sino que están con una pierna dobladita, la cabeza hacia el mismo lado y el brazo doblado. Lo que hacemos es cambiarlos de lado o supinarlos, es decir, dejarlos de espalda cuando están mejor. El cambio de posición lo hacemos entre tres personas y si lo vamos a supinar o pronar hasta cinco.
-¿Y los elementos de protección?
-Siempre estoy con mi escudo facial, mis dos mascarillas y anteojos, con una gorra todo el día, eso no se toca. Para entrar a ver a un paciente me lavo las manos, me pongo una pechera y guantes. Al salir, me saco eso y me lavo las manos. Son cuatro pacientes por sala y si los veo a todos tengo que cambiarme cuatro veces, aunque estén ahí mismo. Me cambio muchas veces al día, imagínate ver a un paciente cada una hora.
-¿En qué otras cosas aporta?
-También asistimos en algún procedimiento, como intubación, traqueotomía, sosteniendo algún elemento o pasando algún material de afuera. Ayudamos a los médicos en los ingresos de los pacientes, hacemos la solicitud de los exámenes, si hay una epicrisis (resumen de egreso), cuando el paciente se va desde la UCI a otra sala. Todas esas tareas más administrativas también las puedo hacer para liberar de trabajo a los médicos. Al mismo tiempo, los doctores nos enseñan de ventiladores mecánicos, fallas respiratorias, insuficiencia cardiaca, cetoacidosis diabética y otras cosas de medicina. Han sido muy amorosos.